La España de principios de siglo no fue ajena a la irrupción en el mercado de éstas máquinas. Bien es verdad que su implantación llegó algo más tarde que en otros países europeos, y que en nuestro país no surgió ningún fabricante autóctono que aportara tecnología propia. De todas formas la sociedad española entre el período 1910-1923, pese a los avatares de la política y la guerra colonial, estaba dispuesta para entrar en la nueva era del consumo y disfrute de las nuevas tecnologías.
La comercialización de los gramófonos en España se efectuó a través de dos canales muy diferenciados. En primer lugar mediante las grandes firmas internacionales como Gramophone o sociedades formadas a partir de la participación de capital extranjero como La Hispano Americana , y en segundo lugar mediante pequeños talleres nacionales (sobre todo en Barcelona, Madrid y San Sebastián), que llegaron a fabricar algunos modelos propios pero, casi siempre, utilizando los motores y otros elementos de importación.
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